Manresa. 2/10/2025. 7:20 A.M. Lógicamente, los datos han cambiado. Algunos los hemos actualizado. La Flotilla de la Libertad fue interceptada anoche por el ejército de Israel. Abordaron 13 barcos y arrestaron a 200 tripulantes. En el momento de la edición de este artículo, más de 30 barcos continúan su camino hacia las costas de Gaza.
La operación militar comenzó a las 20:30 hora española, cuando se interceptó el velero “Aurora”, que encabezaba la expedición humanitaria. Una veintena de barcos de la armada israelí, que transportaban a soldados de unidades de élite, comenzaron a rodear las primeras embarcaciones de La Flotilla.
El ejército de Israel cortó la comunicación entre los barcos y logró interrumpir la red wiffi durante varias horas, impidiendo que las embarcaciones solidarias emitieran imágenes en streaming por internet. Los activistas se vieron increpados por decenas de drones que sobrevolaban las naves.
Antes de entrar a cada barco, el ejército israelí atacaba a la tripulación con cañones de agua. Acto seguido, los soldados invadían los barcos y llevaban a la tripulación presa al puerto de Asdod.
En tierra, Israel tenía preparado todo un dispositivo: 600 policías, 17 hospitales de campaña y varios centros de internamiento provisionales, donde los activistas pasarán los próximos días. Esa misma noche, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel difundió un video en el que decía: “Greta y sus amigos están sanos y salvos”. En alusión a la activista sueca Greta Thunberg, uno de los rostros conocidos de la expedición humanitaria.
La operación militar se realizó en aguas internacionales y contra barcos completamente desarmados, que solo transportaban ayuda humanitaria.
¿Qué pasará con los presos de la flotilla?
Los activistas apresados se enfrentan a un juicio penal exprés acusados de colaboración con el terrorismo y de entrar de manera ilegal en Israel.
Tras poner los pies en tierra, a los prisioneros se les propone que firmen una declaración voluntaria de extradición. Si lo hacen, inmediatamente se ponen a disposición de sus embajadas para que sean repatriados a su país de origen. La ONG “Reporteros sin Fronteras” propone a los periodistas que viajen en los barcos de La Flotilla que se acojan a esta medida.
Para los que lo rechacen, serán internados en una cárcel a la espera del inicio del proceso judicial correspondiente. La organización de La Flotilla tiene su propio equipo de abogados en Israel. El objetivo del gobierno de Netanyahu es deportar a los activistas en el menor tiempo posible.
En la actulidad, los tripulantes de La Flotilla que no se han acogido a la deportación voluntaria están recluidos en la cárcel de máxima seguridad de Saharonim, en el desierto del Negev. Al sur de Israel.
Como ha sucedido en ocasiones anteriores, se espera que el proceso judicial sea favorable a los intereses israelís, aunque como señala la profesora de derecho internacional Ruth Ferrero, la operación militar es completamente ilegal. La detención de los barcos no se ha realizado en aguas jurisdiccionales de Israel, sino en aguas internacionales, y según la legislación internacional, está permitida la entrega de ayuda humanitaria a la población civil afectada por un conflicto bélico. Obstruir estas acciones es un delito de guerra.

Todo empezó aquí.
La flotilla salió de Barcelona el domingo 31 de agosto. Nosotros estuvimos allí.
A pesar de que La Flotilla ha sido interceptada, un escenario que preveían los organizadores desde un principio, la acción de los activistas ha sido un éxito. Han vuelto a poner en evidencia al gobierno de Netanyahu ante la opinión internacional. La Flotilla va a abrir un corredor humanitario, tarea que le correspondería a los países que critican el genocidio, y que no han hecho. Un objetivo que, por otro lado, lo ha logrado la movilización civil.
La sombra del plan de paz de Trump.
La aproximación de La Flotilla a las costas de Gaza se da en un momento en el que Trump ha presentado un plan de paz. En principio, apoyado por Netanyahu y Hamas, con reservas.
Aunque más que un plan de paz, es un sometimiento completo de Palestina, cambia por completo la situación.
En el documento presentado por Trump, la dirección de Gaza pasa a manos de un gobierno internacional provisional, presidido en un principio por el ex-presidente británico Tony Blair que se encargará de reconstruir la franja según los planes norteamericanos. El plan tampoco da garantías de que Israel no vuelva a atacar militarmente la zona. Solo contempla un alto el fuego indefinido a cambio de la entrega de rehenes de Hamas.
Esta es la razón que alude España, que envió un buque militar para proteger a La Flotilla, e Italia, que aportó dos, para no entrar en el espacio de exclusión marítima que fijó unilateralmente Israel y dejar, de esta manera, a la Flotilla desamparada a su suerte.
Según el gobierno español, entrar en ese espacio podría ser visto como una provocación, mientras que la presidenta Giorgia Meloni propuso directamente a la flotilla que cambiaran el rumbo para no obstruir el proceso de paz.
El plan de paz ha paralizado las acciones que estaban poniendo en marcha la FIFA y el Comité Olímpico Internacional para excluir a Israel de las competiciones deportivas.
Trump ha abierto un impasse en el que todo se le permite a Israel. La pelota está en el tejado de Hamas, a la espera de una repuesta. Desde ahí, cualquier acción internacional, incluida la entrada de La Flotilla, puede ser interpretada como una injerencia que obstruye el proceso de paz.
En apariencia, todo sale según los planes norteamericanos. Sin embargo, La Flotilla, el rechazo popular al genocidio en todo el mundo y las últimas movilizaciones ciudadanas, especialmente en España, han colocado a los pueblos en un agente activo para alcanzar la paz.
Hoy, 2 de octubre, hay convocadas, por la tarde, en las principales ciudades españolas manifestaciones para apoyar a La Flotilla.













Jaxson Bates
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