La candidata a la presidencia de Honduras por el partido de izquierdas “Libre”, Rixi Moncada, denuncia un fraude electoral que puede abarcar hasta 611.824 votos falsos y la injerencia de Donald Trump en el resultado adulterado de las elecciones.
El pasado domingo 30 de noviembre se celebraron las elecciones a la presidencia de Honduras. Los sondeos previos daban un triunfo holgado a la candidatura de izquierdas del partido “Libertad y Refundación”, más conocido como “Libre” con una línea política parecida a “Morena”, el partido que gobierna en México.
48 horas antes de que se celebraran los comicios, Donald Trump pidió públicamente, en su perfil de la red social Truth, el voto para Tito Asfura, el candidato del Partido Nacional, de extrema derecha, ligado directamente a los intereses de los terratenientes y alineado con la política de Trump.
“Si Asfura gana, apoyaremos económicamente a Honduras, si no lo hace, EE.UU. no malgastará su dinero”. – Añadió el presidente norteamericano.
Trump, además, anunció el posible indulto del ex-presidente hondureño Juan Orlando Hernández, también del Partido Nacional, que está pagando cárcel en EE.UU. por intentar introducir 400 toneladas de cocaína en el país norteamericano.
Donald Trump acusó a Rixi Moncada de comunista y subrayó que su presidencia solo podría traer inestabilidad al país centroamericano. Por lo que un voto responsable no podía apoyar esta candidata.
Resultados provisionales de Honduras.
En mitad de un cruce de denuncias de fraude electoral, los resultados provisionales dan un empate técnico entre el Partido Nacional y el Partido Liberal, de derecha moderada, con un 39,91% de los votos para el primero y un 39,81% para los segundos. Con menos de 1.000 votos de diferencia entre ambos.
Libre, que era quien a priori iba a convalidar su continuidad al frente del país, ha sido desplazada de la lucha presidencial con un 19,16% de los votos.
Esto se da en un proceso en el que Trump está intentando imponer gobiernos afines en Latinoamérica, como la sustitución de los peronistas por Milei en Argentina, su apoyo a Bolsonaro en Brasil o la intimidación militar en el Caribe frente a las costas de Venezuela y Colombia.
Las injerencias de EE.UU. en Honduras no se limitan a las declaraciones de su presidente. La noche anterior a las elecciones, el Consejo Nacional Electoral retiró inesperadamente el requisito de la validación biométrica de los votos, lo que abría las puertas al fraude electoral.

Validación biométrica.
La validación biométrica consiste en que cada votante hondureño debe consignar su huella digital en un dispositivo electrónico antes de emitir su voto. Esta es una medida que da trasparencia al proceso electoral, en un país que arrastra sospechas de irregularidades en las elecciones del 2013 y del 2017, que justamente beneficiaron al ex-presidente de extrema derecha Juan Orlando Hernández, condenado años después por narcotráfico.
En comicios anteriores se percibió como miles de ciudadanos votaron en más de una ocasión e incluso se registraron votos de personas fallecidas. Por lo que el control biométrico evitaba esta situación.
Con la retirada del requisito de biométría se han detectado mesas electorales que recogen hasta 100 votos por encima del censo electoral que tenían asignado.
El posible fraude electoral en las últimas elecciones de Honduras no ha sido un dato anecdótico, si no una irregularidad de gran alcance.

La denuncia de Libre.
Rixi Moncada presentó en una rueda de prensa que su partido tenía constancia de la existencia de 2.859 actas electorales en las que había votos sin validación biométrica.
De estos votos irregulares, el 55,54% de las papeletas son votos al Partido Nacional (326.285 votos); el 36,41% son papeletas del Partido Liberal (217.193 votos); un 7,1% benefician a Libre (47.091 votos) y un 0.91% van dirigidas a otras candidaturas.
El partido Libre ha interpuesto una reclamación ante el CNE (Consejo Nacional Electoral). Este organismo tiene un plazo de 30 días para estudiar una a una todas las actas electorales y emitir una resolución.
Este organismo tiene dos opciones posibles. O proclamar los resultados definitivos de las elecciones, descartando los votos que considere irregulares, o anular el proceso y convocar nuevas elecciones.
Moncada anima a la militancia de su partido a continuar luchando hasta que salga a relucir la verdad. Recalca que Libre es un partido de socialismo democrático, que nació de la unidad de los movimientos sociales y de lucha que se ha ido forjando en las calles de Honduras y que son conscientes de que se enfrentan a la oligarquía local, al bipartidismo y a la injerencia norteamericana. Por lo que las trampas y triquiñuelas no los deben detener.












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