5 crímenes lesa humanidad en Gaza.


Crímenes en Gaza
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Categorías: Internacional
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Artículo publicado a los 15 días de estallar el conflicto.

Desde que se recrudeció la guerra el sábado 7 de octubre, con el ataque terrorista de Hamás y los bombardeos de Israel, se han producido más de 3.700 muertos. Aproximadamente, 1.100 israelís y 2.600 palestinos.

Ni Netanyahu, ni Hamás. No se puede apoyar el derecho de Israel a defenderse de los ataques terroristas de Hamás como lo está haciendo, sembarando el terror, bajo las órdenes del gobierno de Netanyahu.

Igualmente, nadie  se puede posicionar  al lado de Palestina, sin denunciar a la organización terrorista Hamás. Ajena a la legítima lucha del pueblo palestino por su liberación contra la opresión israelí.

Todos sabemos hasta donde es capaz de llegar el terrorismo islámico, y lo que puede hacer el ejército israelí contra la población palestina. El problema, es que esta barbarie de muerte, secuestros y destrucción se ha producido en apenas 10 días, y todo indica  que va a ir en aumento.

Estos son 5 crímenes de lesa humanidad, recogidos en el derecho internacional, que se están cometiendo estos días en la franja de Gaza y en los territorios fronterizos israelís.

1.100 niños asesinados en Gaza.

La respuesta del ejército de Israel ante la operación terrorista de Hamás ha sido bombardear de forma intensiva toda la franja de Gaza. Estamos hablando de un territorio de 360 metros cuadrados, algo más de la mitad de la superficie de la ciudad de Madrid, en la que viven más de dos millones de personas.  Un área delimitada por alambradas y el mar, de la que no es posible escapar sin cruzar un puesto fronterizo. El 45% de la población que vive en Gaza es menor de 15 años.

Asegura el gobierno de Israel que se han limitado a bombardear objetivos militares. Lugares en los que podían esconderse dirigentes y militantes de Hamás, así como sus instalaciones logísticas. Sin embargo, tal y como comenta el médico palestino Tamer JA Hamdan a El Periódico de España (E.P.E.), los bombardeos han sido indiscriminados.

Tamar indica que se han atacado bloques de viviendas, escuelas, hospitales, etc. El barrio en él que él vivía ya no existe, está completamente destruido. Su familia ha tenido que huir de los bombardeos en dos ocasiones. Muchas personas resisten hacinadas en algunas casas que aún quedan en pie. Estamos hablando, dice Tamar, de unas 50 o 60 personas escondidas en un piso.

De las víctimas mortales de los bombardeos, casi la mitad son niños. La autoridad sanitaria palestina dice que algunos de ellos llegan vivos, pero su estado crítico y la deficiencia de medios en los hospitales hacen que mueran a las pocas horas.

Hospitales bombardeados.


Última hora.

Según cifras oficiales facilitadas por la Autoridad Sanitaria Palestina, el bombardeo israelí sobre el Hospital Al-Alí, en Gaza, cometido el día 17 de noviembre, ha dejado un saldo de 471 muertos. El ataque se produce a pocas horas del viaje de Biden a Israel.


La madrugada del sábado al domingo, los aviones israelís atacaron el Hospital infantil Al-Durra. No es un caso aislado. El ataque a instalaciones sanitarias y educativas forma parte de la actuación del ejército estos días.

La destrucción de instalaciones sanitarias atenta contra el Convenio de Ginebra. Una ley de derecho internacional, redactada después de la II Guerra Mundial, que marca los límites de cualquier confrontación bélica. La existencia de hospitales es el último vestigio de humanidad que existe en una guerra.

Las guerras son implacables, pero tienen sus leyes mínimas, acordadas por los Estados. Leyes que Israel se está saltando impunemente.

Niños para la guerra

También está pasando.

Nuestra colaboradora Dilis Salazar nos cuenta como todavía podemos encontrar “Niños para la guerra” en grupos guerrilleros y paramilitares que siguen operando en Colombia.

Destrucción de suministros básicos.

Dentro de los objetivos de destrucción de la aviación israelí se encuentran las redes eléctricas, las depuradoras de agua, las torres de transmisión de energía, los transformadores y los generadores eléctricos.

Hay amplias zonas de Gaza que se han quedado sin suministro eléctrico y sin agua potable. En algunos asentamientos pegados al mar se está empezando a consumir agua salada. La potabilizadora que les abastecía ha quedado destruida.

Los hospitales que aún funcionan se han quedado sin luz. Se abastecen con sus propios equipos electrógenos alimentados con gasoil. Según señala el periódico El País, estos centros sanitarios apuran las últimas horas de combustible, algo que complicará aun más la asistencia a los heridos. Para la O.N.U., en la franja de Gaza se ha creado una catástrofe humanitaria que requiere una intervención inmediata. Los suministros energéticos y la ayuda humanitaria no se pueden demorar más allá de 24 a 48 horas.

Israel no deja pasar ayuda humanitaria.     

En el paso de Rafah, que conecta Gaza con Egipto, el único puesto fronterizo de la franja con un país distinto a Israel, la televisión británica BBC señala que el lunes 16 se agolpaban allí medio centenar de camiones con ayuda humanitaria. Contenían agua, víveres y medicinas donadas por otros países. Al otro lado de la frontera, casi un millón de palestinos se agolpan esperando pasar a Egipto.

A día de hoy, 17 de octubre, Israel continúa manteniendo el paso cerrado. Violando otro de los preceptos fundamentales del Convenio de Ginebra. Establecer un paso seguro para los convoyes de ayuda humanitaria y un punto de salida para los refugiados son dos reglas básicas que se han de aceptar en cualquier guerra. Una medida que ni siquiera Putin, en su infame invasión de Ucrania ha sido capaz de no respetar.  

 

Artículos patrocinados.

Hamás retiene 250 secuestrados.

La dirección de Hamás ha comunicado a la prensa que retiene entre 200 y 250 secuestrados israelís. Lógicamente, de ellos no se sabe ni dónde están, ni en qué condiciones se encuentran. Entre los secuestrados, presumiblemente, hay militares y población civil, como colonos que vivían en territorios próximos a la frontera. Se sospecha que una parte de los rehenes pueden ser ciudadanos extranjeros, como el guipuzcoano Iván Illarramendi, natural de Zaraut, y su mujer chilena Dafna, que residían en un kibutz, una comuna agraria.

El apresamiento de población civil es otro de los temas tratado en profundidad por el derecho internacional. En este caso, quien lo vulnera es Hamás.

La guerra entre Israel y Hamás ha alcanzado unas dimensiones tales, que más allá de las lógicas declaraciones de rechazo o de un posible reconocimiento internacional del Estado de Palestina, es necesario buscar soluciones para un alto al fuego inmediato, antes de que la situación vaya a más.  


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