El sobrepeso es uno de los problemas de salud más generalizados en la actualidad. Un estilo de vida sedentario y los malos hábitos en la alimentación nos han conducido a esta situación. No se trata de una cuestión estética. Tiene repercusiones en nuestra salud. Por eso es importante conocer cuál es nuestro peso ideal y ver cómo nos encontramos respecto a él.
Se puede decir que cada persona tiene un peso ideal propio. Viene determinado por el índice de masa corporal. Un concepto consensuado por la comunidad médica internacional que establece cual es el peso óptimo de una persona en función de su estatura, su edad y su género.
La fórmula para calcularlo es muy sencilla. Se divide el peso del individuo entre su altura presentada en metros, al cuadrado. Así, por ejemplo, si una persona pesa 70 kg y mide 165 centímetros, se dividirá 70/ (1.65)2
Aunque un médico para valorar tu Índice de Masa Corporal utilizará más variables como el género o la edad, se puede decir que un hombre adulto está en su peso ideal si presenta un índice entre 18,5 y 24, 9. Si su índice de masa corporal está por debajo de 18,5 experimenta delgadez, lo cual tampoco es bueno. Si presenta un índice entre 25 y 29,9 tiene sobrepeso y si posee más de 30 padece obesidad.
Lógicamente, nuestro índice de masa corporal podemos ir variándolo con el tiempo. Lo recomendable es mantenernos dentro de la horquilla que marca nuestro peso ideal en relación a nuestra altura. Esto nos indica que estamos cuidándonos y que trabajamos por llevar una vida sana. Lo cual nos va a ahorrar problemas de salud en el presente y en el futuro.
Tan malo es tener sobrepeso como extrema delgadez.
Como se suele decir, los extremos son peligrosos. No conviene obsesionarse con el peso, buscando estar lo más delgado posible. Lo que se trata es de cuidarse de acuerdo con nuestra constitución corporal. Necesitamos una estructura muscular adecuada para llevar una vida cómoda. Tampoco debemos abandonarnos e ir ganando peso sin preocuparnos por ello.
El sobrepeso, por pequeño que sea, aumenta las probabilidades de sufrir determinadas enfermedades, algunas de ellas son:
- Diabetes tipo 2: Es lo que se llama popularmente azúcar en sangre. 8 de cada 10 personas que tienen sobrepeso lo padecen a un nivel u otro. Su concentración paulatina incrementan exponencialmente las posibilidades de sufrir accidentes cardiovasculares, enfermedades renales, pérdida de la vista, daños en el sistema nervioso, etc.
- Hipertensión. Consiste en tener la tensión arterial alta. Esto lo que va a hacer es forzar el trabajo del corazón para bombear la sangre por todo el cuerpo, ya que las arterias se muestran rígidas y presentan cierta resistencia al paso de la sangre. La tensión arterial es uno de los índices de salud que más debemos cuidar, ya que ante situaciones de estrés o de esfuerzo físico superior al habitual puede provocar infarto de miocardio o trombosis en alguna parte del sistema circulatorio.
- Apnea del sueño. Se trata de un trastorno común entre personas que tienen sobrepeso. Mientras la persona duerme tiene dificultades para poder respirar e incluso se puede detener la respiración por breves periodos de tiempo. La razón de que aparezca se debe a que la concentración de grasa dificulta el paso del aire por la tráquea y el funcionamiento normal de los pulmones.
- Osteoartritis. Es una enfermedad progresiva de larga duración que dificulta la movilidad de las articulaciones, en especial de las rodillas. La persona siente dolor al andar o al correr debido a la presión que ejerce la grasa sobre el cartílago y los ligamentos.
El sobrepeso, además influye en el desarrollo del hígado graso, en la aparición de problemas renales y de la vesícula biliar.
La delgadez tampoco es ninguna garantía de buena salud. Su persistencia en el tiempo agudiza la aparición de estas enfermedades:
- Osteoporosis. Se trata de un proceso de desmineralización de los huesos, por los cuales estos se vuelven más frágiles y son más propensos a sufrir fracturas. La grasa corporal aporta una cierta protección a los huesos. Al carecer de ella, se acelera su desgaste. Según la doctora Susan Ott, del Departamento de Nutrición de la Universidad de Washington, una mujer de entre 55 y 65 años, con una masa corporal de entre 16 y 18, tiene el doble de probabilidades de sufrir fracturas que otra mujer con la misma edad que mantiene un peso equilibrado.
- Anemia. Más allá de ser considerada como un desorden alimenticio, esta enfermedad refleja la carencia de hierro en el organismo. Lo que propicia, entre otras cosas, una disminución considerable de glóbulos rojos en la sangre. Las células responsables de llevar oxígeno a los tejidos. Como consecuencia hay una tendencia a sufrir mareos, desmayos y padecer fatiga crónica.
- Debilitamiento del sistema inmunitario. Al privar al organismo de los nutrientes que necesita para su correcto funcionamiento, el cuerpo se siente más débil y tiene menos defensas para hacer frente a las agresiones externas.
Cómo conocer mi peso ideal.
El método más utilizado tradicionalmente para conocer nuestro peso ideal y ver en qué situación nos encontrábamos respecto a él era pesarse en las básculas que hay en las farmacias. En ellas entrabas una moneda por la ranura, te pesabas, te medias y te sacaba un ticket en el que calculaban tu índice de masa corporal y te indicaba si te encontrabas en situación de sobrepeso.
En la actualidad existen aplicaciones informáticas que puedes descargar en tu móvil, y que introduciendo los datos que te va solicitando la pantalla, te facilita un diagnóstico bastante certero sobre tu peso ideal.
Es importante concienciarnos de que el peso no es una cuestión estética. Más allá de las modas, cada uno tiene sus gustos. Hay individuos que se sienten atraídos por personas más delgadas y otros por gente más fornida.
Intentar mantenernos en nuestro peso ideal es un indicador de que estamos velando por llevar una vida saludable.