Yanis Varoufakis publica el libro “El Tecno-feudalismo”, “Un sigiloso sucesor del capitalismo” en el que afirma que el capitalismo, tal y como lo conocemos, está muerto y lo que viene es aún peor.
En tono de una larga carta dirigida a su padre, un antiguo militante del Partido Comunista Griego (KKE), el ex-ministro de economía en el primer gobierno de Syriza pretende explicar la situación económica y política actual y como la digitalización ha transformado las relaciones sociales y de producción.
Yanis Varoufakis saltó a la fama mundial cuando negoció con el F.M.I. y el Banco Europeo las draconianas condiciones que imponían al estado griego en julio del 2014, en plena crisis financiera mundial. Era la respuesta que el capital internacional daba a un país, Grecia, en el que las elecciones acababan de ser ganadas por una coalición de izquierdas que cuestionaba a los principales centros de poder económicos y políticos mundiales.
Varoufakis se mostró inflexible ante lo que denunciaba como un atraco a mano armada por parte de la Troika, ganándose la simpatía de muchas personas en Europa y en todo el mundo, que veíamos como la larga estela del 2008 no era una crisis sino un saqueo.
Seis meses después de aquellas duras negociaciones que atraparon la atención de la opinión pública, Yanis Varoufakis abandonó el gobierno de Syriza por discrepancias políticas. El economista valoraba en aquel momento que no se podían cambiar las cosas desde el gobierno y que las decisiones económicas se tomaban a escala internacional.
Promueve a partir de entonces un movimiento de desobediencia civil a nivel europeo llamado DIEM 25. Sin embargo, no renuncia a llevar actividad política en Grecia, y en el 2019 concurre a las elecciones generales de su país obteniendo 9 diputados con la versión griega de su partido internacional, el MeRA25.
El Tecno – Feudalismo según Varoufakis.
Según Varoufakis, para salir de la crisis del 2008, EEUU y las potencias europeas adoptan una política monetaria que coloca a las grandes empresas tecnológicas en el puesto de mando de la economía mundial. Hoy, grandes empresas como Google, Amazon, Meta o Microsoft son los que realmente marcan el rumbo del planeta.
Esto ha cambiado las mismas relaciones de producción. La contradicción entre explotadores y explotados, de la que hablaba su padre cuando Yanis era niño, ha dejado de existir. Dando lugar a una realidad en las que un pequeño puñado de empresas tecnológicas dominan el mundo. Y los ciudadanos somos al mismo tiempo productores, consumidores y mercancía.
Mientras trabajamos u ocupamos nuestro ocio delante de una pantalla de ordenador o de móvil, las empresas tecnológicas recopilan datos sobre nuestra actividad, nos venden productos acorde con nuestros gustos y venden nuestros datos a otras empresas.
Todo, en el mundo moderno, está interconectado digitalmente. La transferencia y el comercio de datos es uno de los principales activos económicos. En ninguna época de la historia se ha tenido un conocimiento tan profundo de los individuos y, por tanto, un mayor control como el que se tiene ahora. Nadie podemos escaparnos de la red en la que estamos atrapados. Nos hemos convertido en siervos de los algoritmos de las grandes empresas digitales.
Durante todo el día, con todas las actividades digitales que realizamos, estamos pagando nuestro tributo de siervos a los grandes monopolios informáticos. Aunque queramos, no podemos salir del laberinto. Nuestros datos económicos, sanitarios, bancarios, laborales, etc. están digitalizados.
Así describe Varoufais en su libro la situación actual. Su alternativa no está nada clara. Apunta a una especie de desobediencia civil generalizada a escala mundial. En lo que sí se reafirma es en que el poder de los estados es cada vez más irrelevante.
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Para bordar el interesante estudio de Varoufakis es necesario partir de tres cuestiones. La primera de ella es que la contradicción entre capital y trabajo asalariado, de la que hablaba su padre, está más vigente que nunca. Según un informe de Internacional Monetary Fund, una consultoría económica que trabaja para la O.N.U., en los últimos 20 años la clase obrera se ha multiplicado por 4. Para el 2025 se espera que se vuelva a duplicar respecto a los índices actuales. Por tanto, la contradicción de base del capitalismo sigue existiendo.
En segundo lugar, al infravalorar el papel de los estados, Varufakis está faltando a la historia, a su propia historia. En el 2014 la Troika interviene la economía griega interviniendo el Estado. No se puede pensar que ganar unas elecciones es tomar un estado. El estado es mucho más complejo, el gobierno de la nación es solo una parte del aparato estatal y ni siquiera es la más importante. Dentro del Estado se incluye el ejército, la administración de justicia, los medios de comunicación, el sistema educativo, el sistema financiero, etc.
En su libro, Varoufakis, habla de grandes empresas internacionales que están por encima de los estados. Curiosamente la mayoría de las que menciona son de capital estadounidense. Internet, hoy por hoy, lo domina EE.UU. Digamos que es un medio que ha permitido crecer a una parte de la burguesía monopolista norteamericana, creando un entorno que les beneficia enormemente.
Sin embargo, se pueden crear brechas en el mundo digital. China es un ejemplo de ello. Hace unos años, Huawei desarrolló la tecnología 5 G por delante de competidores entre los que se encontraba Apple y Microsoft. Esto llevó se orquestar una campaña de boicot y desprestigio internacional contra la empresa china.
La red social china Tik Tok es la preferida entre la población joven de todo el planeta. Rompiendo el monopolio de Facebook, propietaria a su vez de Instagram y Whatsap, de Google, que posee entre otras plataformas a YouTube, o de Twitter, hoy llamada “X”, propiedad del magante Elon Musk.
Nos estamos enfrentando por tanto al imperialismo, pero bajo otras formas. La lucha habrá que hacerla, como lo está haciendo China, jugando en su terreno. No denunciando la situación y huyendo hacia delante.
El libro “Tecno-Feudalismo” de Yanis Varoufakis ha sido publicado en nuestro país por Deusto Ediciones y puedes encontrarlo en los principales puntos de venta. Aunque tengas discrepancias, es una de las lecturas más interesantes del año.