El escritor Alfonso J. Ussía explica la realidad económica que se esconde tras la literatura y el periodismo. Una actividad envuelta de un falso glamur. Hablamos de lo que nadie te cuenta sobre el mundo de la cultura.
Alfonso J. Ussía es el autor de “Borroka”, la novela que junto a “Patria”, de Fernando Aramburu, abordaron los años más duros del terrorismo de ETA.
Basándose en su propia experiencia, pues con apenas 18 años fue asistente personal del cantante Antonio Vega, autor de “La chica de ayer”, en su novela “Vatio” describió el lado oscuro de la Movida Madrileña. Una generación arrasada por la heroína. El propio Antonio Vega, Antonio Flores, Manolo Tena, Enrique Urquijo (de Los Secretos), Toño y Pepe Risi (de los Burning), Julián Infante (de Tequila y Los Rodríguez) y una larga lista de artistas y no artistas murieron relativamente jóvenes arrastrados por «el trote del caballo».
En su última novela, “El puente de los suicidas”, el escritor se asoma a otro peliagudo asunto. Zambulléndose en historias reales de personas que perdieron la vida tirándose desde el viaducto madrileño que cruza el comienzo de la carretera de Extremadura.
La literatura de Alfonso J. Ussía no es una literatura complaciente. Trata algunos de esos temas de los que a veces evitamos pronunciarnos, pero que están ahí. Ofreciéndonos una imagen descarnada. Pero no voy a hablarte de sus libros, para eso ya tendremos ocasión más adelante. Intentaré sintetizar su visión sobre la realidad del oficio de escribir en pleno siglo XXI. Un punto de vista que me parece interesante.
Para hacerlo, me he apoyado en varias entrevistas que el escritor ha concedido a diversos medios y, en especial, en una que le hicieron para el podcast de YouTube “La Hora de Padri”.
El oficio de escribir.
En algunas entrevistas, el escritor madrileño afirma que la literatura es una actividad vocacional. Pocos se hacen ricos escribiendo. Más bien, la vida de un escritor es la de un superviviente.
Aparte de sus novelas, Alfonso tiene una columna de opinión en el periódico ABC, ha escrito para El Confidencial y es colaborador habitual de un programa de radio en Onda Cero.
Uno puede pensar que con tanta actividad está amasando una fortuna, pero como él dice: “escribo mientras me paguen”. “Para llegar a fin de mes escribiendo necesitas 4 o 5 pagadores”. Los libros son una fuente de ingresos más. No puedes depender de ellos. No por seguridad, sino por necesidad. Cada una de estas fuentes, vista por separado, son insuficientes.
“El periodismo, por ejemplo,” – señala – “está peor pagado que hace 20 años.” Eso que reconocía Paco Umbral de que pagaba las facturas con su columna en el periódico “El Mundo” y que cuando terminaba, comenzaba su trabajo de verdad, podía enfocarse en sus libros sin el agobio económico detrás, hoy es inviable. Al menos, para la mayoría de escritores-periodistas que hay en nuestro país.
Una de las primeras actividades que realizó Alfonso J. Ussía, cuando comenzó su carrera literaria y periodística a nivel profesional, fue crear una editorial para vender contenido directamente a los periódicos. Cuenta que tenía un cliente bastante bueno, un periódico de tirada nacional reconocido. Por cada artículo que le encargaban, le pagaban 50 €. El problema es que solo le pedían dos artículos al mes. Con 100 € ningún escritor puede vivir y, menos, mantener una empresa.
A base de aceptar muchos encargos, su editorial pasó por momentos de bonanza, pero llegó un momento en que quebró. Según él, por problemas de gestión. A él se le daba bien escribir, pero nadie le enseño a llevar una empresa.
Tal vez tuviera razón, pero su experiencia ilustra bastante bien la realidad de la economía cultural. Para poder pagar sus deudas, tuvo que trabajar 10 años vendiendo pisos para una agencia inmobiliaria.
Estamos hablando de un escritor que ha publicado en editoriales como Espasa.
La necesidad de la prensa libre.
Otro de los temas que trata Alfonso J. Ussía en las entrevistas que he estudiado para preparar el artículo es la libertad de prensa. Una sociedad con una prensa variada e independiente es una sociedad libre.
Los norteamericanos describen la prensa como el cuarto poder. Alfonso no sabe hasta qué punto es cierto. Lo que sí tiene claro es que la información es una de las herramientas que tenemos los ciudadanos de a pie para enfrentarse a los poderosos.
La independencia de los medios de comunicación escritos se consigue con el apoyo económico de los lectores. Si un periódico depende de las subvenciones o de la publicidad está hipotecado. Pierde su independencia.
“Por supuesto – señala el periodista – cada periódico tiene su línea editorial, es lógico, pero es el respaldo de los lectores lo que les permite sacar a la luz cierta información o abordar determinados temas.”
“La línea editorial se percibe en las noticias que conforman el cuerpo del periódico, escritas por los periodistas que están en plantilla. A mí, el ABC nunca me ha dicho lo que tengo que escribir.” Ahí también se ve la libertad de prensa. El periódico sabe que una parte de los lectores compran el diario por los textos de los columnistas y los colaboradores. No le interesa coartarlos.
Internet, según opina Alfonso J. Ussía, nos está maleducando. Se piensa que la información y la cultura deben ser gratis. Pero eso no es así. Si los lectores no pagan por la información que consumen, llegará un momento en que la prensa dejará de ser libre.
Es un problema de tomar conciencia. A nadie se le ocurre ir a una panadería y llevarse una barra de pan sin pagar, con la excusa de que es para comer. ¿Por qué lo hacemos con la prensa, alegando que es para informarnos?
Hemos recogido este punto de vista porque nos parece interesante. Esperamos en un futuro poder hacerle una entrevista personalmente a Alfonso J. Ussía.
Alfonso J. Ussía en “La Hora de Padri”.
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