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El Rey en la antesala de la Revolución Francesa.

El Rey Luis XVI en la antesala de la Revolución Francesa
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«Ningún gobernante, ningún monarca tiene vida real. Es sólo proyección construida, imagen pública diseñada (…). El monarca es una fantasía, un símbolo, de ahí el ritual, el ceremonial.

Pero tras esa jaula y esa representación, hay un hombre o una mujer; toda la pompa, todo el espectáculo y todo el encubrimiento protege y esconde vivencias personales, miedos, cobardías o heroicidades». (Lourdes Ortiz,  2006).

Como enuncia Lourdes Ortiz, un monarca no es solo su cargo. Es, antes que nada, un ser humano.

Así vamos a entenderlo aquí ¿La intención? Llevar a cabo un análisis del monarca, Luis XVI, como componente necesario (o no) de la estructura socio-política de su tiempo.

La innovación clave de este artículo consiste en desplazar al monarca de su pedestal de poder divino y autosuficiente para considerarlo una pieza simbólica dentro del entramado estamental: un engranaje cuya fuerza emana no solo del derecho divino, sino del reconocimiento —o rechazo— de nobleza, clero y, especialmente, del Tercer Estado.

Al yuxtaponer el “Rey absolutista” y “Rey socio-cultural”, ofrezco un prisma doble que revela cómo la monarquía es, en última instancia, un acto de imaginación social: un símbolo cuya legitimidad se construye o derrumba según el consenso colectivo.

Para ello, primero interrogaremos la estructura del «Ancien Régime» (en francés), y luego aplicaremos una metodología comparativa basada en el análisis de fuentes primarias y secundarias para contrastar ambos modelos monárquicos.

Vemos ahora una muestra:

Pirámide social absolutismo grancés

Fuente: Centro de Recursos Educar Chile

La imagen ofrece un dibujo de una pirámide que radiografía la distribución por estamentos de la sociedad europea (siglos XV y XVIII).

La pirámide estamental clásica queda dividida en un total de 3 estamentos: Nobleza, Clero y Pueblo Llano. ¿O son 4? Depende de dónde situemos al monarca. Será esto lo que trataremos de dilucidar aquí.

Empezamos explicando ligeramente el tejido social de la época.

1º Nobleza: 2-6% población europea.Poder económico y político.Privilegios como las exenciones en el pago de impuestos oel privilegio de nacimiento.(Educar Chile, n.c.).

2º Clero:  Privilegios como regirse por tribunales particulares,  exención absoluta del pago de impuestos, diezmo, grandes extensiones de tierras y rentas señoriales, siendo su mayor peculiaridad el subdividirse en dos subgrupos:   alto clero (obispos, abades y canónigos); y clero llano (curas, párrocos y frailes). (Ibidem).

3º Tercer Estado: Burguesía—obreros, artesanos y comerciantes— y campesinos. Concentrados en ciudades.Casa modesta,  huerta básica y cabezas de ganado.97% población francesa. (David Jordan, profesor Universidad Illinois).(Ibidem).

SOBRE EL MONARCA

Dicha figura va a ser analizada aquí desde dos perspectivas opuestas: una perspectiva a): La monarquía absolutista (Fuera del sistema) y una perspectiva b): o escenario socio-cultural (Dentro del sistema).

Perspectiva a) (Fuera del sistema) (Perspectiva Clásica/Tradicional)

«La monarquía absolutista es una forma de gobierno en la que todo el poder está concentrado en el rey.  No existe la separación de poderes ni un sistema de contrapesos a la voluntad real». (Editorial Etecé, 2013-2025).

En este sistema, la palabra del monarca es ley. El Rey simplemente iba a ejercer un poder ilimitado emanado directamente de Dios, gobernando así por derecho divino.


Características de la monarquía absoluta

  • Monarca control absoluto Estado
  • No separación poderes
  • Rey no sometido a ley ni Constitución
  • Poder del Rey = Poder Divino

(IBIDEM)


Hasta aquí lo que se nos enseñó en el colegio.  El monarca está vinculado a Dios y todo palidece ante su inabarcable poder.

Queda así completamente fuera del sistema , configurando así un ecosistema en sí mismo.

Perspectiva b) (Dentro del sistema)

Al ser quien escribe Periodista Cultural,  creemos tener la suficiente solvencia para realizar un análisis desde esta perspectiva, pues el monarca, por poderoso que fuese, no deja de ser un inserto en su cultura.

«En la base del sistema feudal está el juramento que un señor llamado vasallo deposita en las manos de un señor más rico y poderoso a cambio de beneficios y protección militar». (VV.AA., n.c.).

Sin el vasallo un Rey no es nada. Puedes gobernar, puedes reinar, pero ¿Sobre qué? ¿Sobre quién?El título solo cobra sentido en la aceptación colectiva.

«La sociedad feudal se mantiene unida porque cada uno de sus miembros tiene una función concreta. Los poderosos protegen a los débiles, quienes, a cambio, garantizan el sustento de toda la sociedad con su trabajo».(Ibidem).

Aquí la figura del monarca ni siquiera hallaría sentido sin esos estamentos inferiores,  «quienes garantizan el sustento de toda la sociedad».

Desde una perspectiva socio-cultural, el Rey no dejaba de ser otra pieza más de un gigantesco engranaje. Una pieza que debe su existencia al resto del conjunto.

Lo probamos con un caso paradigmático: la convocatoria de la Asamblea de Notables de 1787, cuando Luis XVI dependió directamente del Tercer Estado para financiarse y validar sus decisiones.

Y es que, como ya dijera Lourdes Ortíz —Creemos haberlo probado con creces—: El monarca es una fantasía, un símbolo.

Desde el momento en que lo decidamos dicho símbolo dejará de tener valor, igual que el billete o el papel moneda si nadie decidiese aceptarlo para comprar comida.

CONCLUSIONES

  • Podemos observar la figura del Rey desde dos perspectivas opuestas: una perspectiva a): La monarquía absolutista y una perspectiva b): o escenario socio-cultural.
  • Desde la perspectiva a) el Rey queda claramente situado fuera de la pirámide estamental: su poder emana de Dios y su palabra es Ley.
  • Desde una perspectiva b), en cambio, el Rey no deja de estar inserto en un sistema donde se comporta como un mero engranaje más,  debiendo su existencia al resto del conjunto, que es quien lo valida y lo acepta en su papel.
  • Fuera o dentro son, así pues, cuestiones de perspectiva. «Y es que en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira».(Campoamor, 1900).

EPÍLOGO

Esto invita a repensar no solo a Luis XVI, sino la propia naturaleza del poder simbólico.

Puedes seguir a Santigo en su Podcast Tiempos Convulsos en YouTube.

Bibliografía

  • Campoamor, R. d. (1900). Poesías y fábulas . Barcelona: Ramón Sopena.
  • David Jordan profesor en Universidad de Illinois, C. (n/c). La Revolución Francesa. (C. Historia, Entrevistador)
  • Etecé, E. (2013-2025). Enciclopedia Concepto. Obtenido de Enciclopedia Concepto: https://concepto.de/monarquia-absoluta/#:~:text=La%20monarqu%C3%ADa%20absoluta%20es%20un,voluntad%20es%20la%20%C3%BAnica%20ley.
  • VV.AA. (Dirección). (n.c.). El mejor Documental La Edad Media Pensamiento, cultura y temor [Película].
  • VV.AA. (2013). https://centroderecursos.educarchile.cl. Obtenido de https://centroderecursos.educarchile.cl: https://centroderecursos.educarchile.cl/items/a876b1b9-0980-4cb1-9d2f-c300fb799b67

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