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Los «Desclasados». Los excluídos de la Revolución Francesa.

Desclasados
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«Existen dos maneras de ser engañados . Una es creer lo que no es verdad, la otra es negarse a aceptar lo que sí es verdad».

Kierkegaard

Hostinger

Cuando se habla de la Francia feudal suele hablarse también de la  “pirámide estamental” aquel organigrama socio-cultural compuesto de tres escalones: Nobleza, Clero y Pueblo Llano.

Radiografía del régimen feudal: marco teórico clásico

Empezamos explicando ligeramente el tejido social de la época.

Pirámide Social

La imagen ofrece un dibujo de una pirámide que radiografía la distribución estamental de la sociedad europea (siglos XV-XVIII).

1. Nobleza. Poder económico y político.2-6% población europea. Privilegios como las exenciones en el pago de impuestos o el privilegio de nacimiento. (Educar Chile, n.c.).

2. Clero. Soporte ideológico. Privilegios como regirse por tribunales particulares,  exención absoluta del pago de impuestos, diezmo, grandes extensiones de tierras y rentas señoriales, subdivididos en dos subgrupos:   alto clero (obispos, abades y canónigos); y clero llano (curas, párrocos y frailes). (Ibidem).

3. Tercer Estado. Burguesía—obreros, artesanos y comerciantes— y campesinos. Concentrados en ciudades. Casa modesta,  huerta básica y cabezas de ganado. 97% población francesa. (David Jordan, profesor Universidad Illinois). (Ibidem).

Duda razonable: desmontando mitos

Hasta aquí lo que se nos enseñó a todos en el colegio: esa pirámide tripartita (Nobleza, Clero, Tercer Estado) que hoy damos por incuestionable… ¿y si les dijera que ese mantra que recitamos como loros está viciado desde su origen?

Porque, efectivamente, esa estructura nunca estuvo completa: la realidad feudal se nos ha enseñado de manera sesgada, trucada,  retorcida. A continuación, expondremos las pruebas que lo demuestran, argumentando así la existencia de un estamento invisibilizado.

Prueba 1. Evidencia literaria: Ken Follett

Nos agarramos a este fragmento de la novela “Pilares de la Tierra”, de Ken Follett (2001):

“– Apártate de mi camino, centinela –dijo Aliena–. Todo ciudadano tiene derecho a presentar peticiones al Rey.

– Sí, pero los de tu clase, los pobres, no son lo bastante locos para intentar ejercer ese derecho…”.

En él, Aliena, una antigua noble caída en desgracia, se ha visto empujada a llevar a cabo actividades dudosas para salir adelante ¿Cómo puede alguien de alta cuna terminar así? El destino es, a veces, caprichoso: quien estaba destinado a gobernar puede acabar viéndose en precaria situación, perdiéndolo así todo.

La muchacha no parece ya alguien respetable negándosele todo privilegio anterior. Pero, ¿estamos sosteniendo una bravuconada? Las fuentes, sencillamente, no son de la misma opinión. Esta fragilidad social revela la existencia de sujetos históricamente “desclasados”, distintos del Tercer Estado convencional.

Prueba 2. “Todo ciudadano”: apuntes sobre invisibilización

El propio texto de Follett –y la omisión de manuales historiográficos– deja clara la confusión: si seguimos hablando de “Todo ciudadano” como si solo existieran nobles, clérigos y “terceristas”, estamos ignorando la realidad de quienes han quedado fuera de toda clasificación oficial.

Subrayamos la expresión “Todo ciudadano”  haciendo hincapié en ella. ¿No ha sido, acaso, lo suficientemente clara? Si esto no prueba, a todas luces, la existencia de una clase invisibilizada… que venga Dios y lo vea.

En consecuencia, si los manuales obvian la existencia de quienes no encajan en el modelo tripartito, estamos ante una forma deliberada de invisibilización. Pero para corroborar más allá de toda duda, requerimos un argumento lingüístico que avale la necesidad de un cuarto escalón.

Prueba 3. Etimología de “desclasado”

Según la RAE (2025):

“Desclasar.

1. Hacer que alguien deje de pertenecer a la clase social de la que proviene, o que pierda conciencia de ella.”.

Esta definición etimológica demuestra que un “desclasado” no encaja en el Tercer Estado. Pero para completar el razonamiento, necesitamos mostrar cómo se componía realmente ese Tercer Estado en el régimen feudal, y así entender quiénes quedaron fuera.

Prueba 4. Composición real del Tercer Estado

El Tercer Estado –esto lo recitamos de memoria– estuvo estrictamente compuesto por artesanos, burgueses, comerciantes y campesinos. Sin embargo al observar la pirámide advertimos que faltan todos aquellos individuos que no formaban parte ni de la nobleza ni del clero ni del “tercerismo”:  los desclasados o errantes.

Hablamos de:

  • Trabajadores esporádicos o temporeros
  • Mendigos
  • Prostitutas
  • Contrabandistas
  • Bandidos

Porque, sinceramente jamás se menciona a mendigos, prostitutas o bandidos cuando se describe la “hechura” social de la época. En cambio, sabemos por crónicas, registros judiciales y fuentes de época que existían, vivían y se movían  sin pertenecer formalmente a ningún estamento.

Una vez expuesto que el Tercer Estado se componía estrictamente de artesanos, burgueses, comerciantes y campesinos, y comprobado que todos los demás (mendigos, prostitutas, bandidos, etc.) quedaron fuera, podemos extraer estas conclusiones.

Conclusiones: hacia una nueva pirámide estamental

1. La Historia no se ha enseñado correctamente en colegios y universidades.

Los manuales tradicionales omitieron deliberadamente la existencia de un grupo social:  los desclasados o errantes.

2. Ningún manual recogía algo tan importante como una de las clases sociales existentes.

La omisión de los desclasados como categoría diferenciada demuestra un sesgo historiográfico que, hasta ahora, nadie había desafiado con tanta contundencia.

3. “Desclasar” obliga, por cuestiones semánticas, a separar a los desclasados del Tercer Estado.

Según  la RAE, un “desclasado” ya no pertenece a la clase de origen, por lo que no puede integrarse en el Tercer Estado.

4. Esta clase social ha sido, a todas luces, invisibilizada.

Su realidad existió, pero fue excluida de las representaciones oficiales, como si nunca hubiera formado parte de la estructura social feudal.

5. Los desclasados estaban conformados por trabajadores esporádicos o temporeros, mendigos, prostitutas, contrabandistas y bandidos.

Fluctuaban entre campo y ciudad, carecían de estabilidad social y, por ello, no encajaban en las categorías “canónicas”.

6. Este hallazgo obliga, necesariamente, a replantear la pirámide estamental feudal.

Ahora debemos concebir una estructura de cuatro escalones:

1. Nobleza

2. Clero

3. Tercer Estado (artesanos, burgueses, comerciantes y campesinos)

4. Desclasados (trabajadores temporeros, mendigos, prostitutas, contrabandistas y bandidos)

Este enfoque rompe con siglos de discurso oficial y abre el camino a una comprensión más fiel y completa de la compleja realidad social feudal.

Más información en este capitulo del Podcast «Tiempos Convulsos», en YouTube.

Imperatool

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