Nicaragua no es un país, es un sueño, un embrujo de voces que te descoloca, te zarandea, te conmueve y te reconcilia con tu propia noche. Más aún cuando desemboca en un tipo de silencio donde el misterio habla por sí solo.
Me pregunto a quién no le gustaría saber más sobre el imaginario fantástico, el universo legendario y de creencias acerca de lo numinoso, lo mitológico, lo sobrenatural. Yo, desde luego, no pude resistirme. Lo que iba a ser una estancia para conocer el país, se convirtió en mi tesina sobre creencias y literatura oral dentro de la rama de Antropología Social y Cultural. Si bien seguí el circuito académico de congresos y artículos, aún años después publicaré más material. Y es que la experiencia fue insondable: más allá de lo académico, apareció el extrañamiento, escuchar al otro desde dentro de sus ojos, respirar la humedad tropical, quedar boquiabierta ante la exuberante vegetación y un salón festivo de frutas, murales y puestos callejeros.
Entrevisté a personas con perfiles muy variados: desde niños a mayores, desde obreros: tenderos, zapatero, revistera, pescador; a propietarios; desde personas con un conocimiento cotidiano sobre las leyendas hasta guías turísticos y de museos.

Más leyendas de Hispanoamérica.
El volcán Popocatpetl lanzando ceniza sobre Puebla.
El periodista mexicano Antonio Madrid nos envió este relato inspirado en la explicación que da la población local a las humaredas del volcán. Medios Hispanoamericanos,
Identifiqué diferentes tipos de relatos, ya que no solo expresamos a través de leyendas, pero eso habría que detallarlo en otro artículo. El lenguaje, las formas en que cristalizan las creencias mágicas y religiosas es muy rica. Distintos acentos van conformando un escenario de personajes fantásticos y dinámicas de interacción con la “realidad”, lo onírico y la vigilia, la realidad y el encuentro con lo insólito. Se genera un espacio fronterizo, escurridizo, entre el oyente y el narrador (sorprendido testigo personal o informante no ya como testigo, sino como un eslabón más de la tradición oral). Allí me hablaron de apariciones nocturnas, presagios, brujas, ritos vudús, temperamentos más o menos aptos para captar otras realidades, sueños, personajes protectores de lugares, personajes arquetípicos que nos recuerdan valores socio- culturales: no traicionar la raza, no matar… Este extenso repositorio de visiones y cosmovisiones habla de formas de interpretar y entender las realidades posibles.
En este rico contexto cultural nicaragüense, se fusionan y recombinan tradición católica, acentuada por la presencia evangélica; etnias sumus, miskitos y ramas en la costa del Caribe; religiones africanas, tradiciones aztecas, náhuatl y chibchoide e incluso leyendas de influencia celta provenientes de los colonos del norte de España y Portugal. Esta fusión se manifiesta en la literatura oral pero también en la forma de distribuir el tiempo festivo durante el año e incluso en rituales mágico- religiosos más utilitaristas como el vudú o la brujería.
Mitos y leyendas de Nicaragua.
Dentro de las numerosas leyendas, hoy rescataré varias relacionadas con los animales, inspirándome en una ponencia que realicé en la Universidad de Valladolid. He escogido entre las más conocidas y he tenido en cuenta el distinto origen de las mismas:
Relacionadas con brujería y transformación de mujeres.
Cuentan, desde Monimbó hasta Granada, desde León hasta Ometepe, que hay mujeres que por las noches salen a vagar con una intención vengativa y dañina. Son vecinas que el resto de vecindario señala pero que se resisten a ser capturadas. Estas mujeres son brujas que se transforman para conseguir su objetivo. Una vez hecho lo que desean, vuelven a un lugar secreto (una vivienda, un rincón oscuro del bosque…) donde realizan el ritual de transformación para volver a su forma humana natural. Una de las estrategias para detenerlas es verter sal sobre ellas. De esta manera, se impide su transformación de vuelta al estado original. También se les puede echar granos de mostaza para que se distraigan buscándolos. Podríamos clasificarlas como leyendas de personaje y demonológicas:
⦁ Chancha. Puede verse con sus chanchitos caminando y es frecuente que su intención sea amenazadora. Hay versiones del relato que hablan de que ataca a hombres y a bebés.
⦁ Mona. Su afán es salir por las noches a hacer las travesuras que le vengan en gana. Molestan y pueden dañar a personas y perros, suben y entran por las casas, roban gallinas, comida u objetos de valor, buscan hombres para acosarlos, especialmente a los que andan de borrachera y con picardía. Esta leyenda es una de las que más vigencia tiene e incluso es de las más temidas. Las monas o micas- brujas se distinguen de los animales naturales porque tienen un color rojo en sus ojos, por un chillido especial, por una mayor agilidad y rapidez y por su intención.
Relacionadas con la mitología.
⦁ Serpiente emplumada. Este es un animal que, por sus semejanzas con el dios Quetzacoatl, podría entroncar con la mitología maya. El origen de este dios se suele vincular con la vida del guerrero Ce Ácatl Topilzin Quetzalcóatl, al que se le atribuye el nacimiento del cosmos y, según los toltecas, el desarrollo del proceso de civilización de Mesoamérica. Por eso no es de extrañar que en el relato donde aparece esta serpiente se la relacione con una laguna, donde suelen surgir leyendas sobre el origen del mundo. Se podría decir, por tanto, que se trata de una leyenda arcaizante y etiológica.
⦁ Cadejo. El cadejo es un perro que puede manifestarse con un aspecto u otro según su color y actitud: blanco o negro y amigable o amenazante respectivamente. Representa la dualidad de los canes: animal doméstico vs. animal salvaje. Suele servir de aviso también, de tal manera que, si te encuentras un perro blanco, será positivo y, si te encuentras el negro, te advierte de alguna situación peligrosa o desagradable acechante. El cadejo y la mona son dos de las leyendas más populares y vigentes en Nicaragua.
⦁ Ahuizote. Mariposa negra. Se entiende por ahuizote, un aviso, una señal, con frecuencia de mal agüero. La mariposa suele ser un símbolo de fragilidad, volatilidad y, si su color es negro, por la vinculación con la oscuridad y lo oculto, representaría un aviso negativo (más negativo si el color es más oscuro, hasta el punto de que una mariposa negra podría avisar de la muerte inminente de algún ser querido). Negro- blanco, malo- bueno… estas y todas las dicotomías posibles de las cuales participa el lenguaje cultural simbólico son señaladas por Lévi-Strauss (1987), quien observa la antítesis simbólica en todas las sociedades.
Espero que esta pequeña muestra deje un sabor de boca intenso que invite a descubrir esta y otras Nicaraguas; que lleve al lector a experimentar, a escuchar, a vivir más allá de esta nostalgia volcánica con la que escribo desde que volví. Un eco que quiere constantemente manifestarse.
ALGUNOS TEXTOS RECOMENDADOS.
⦁ Henningsen, G. (1994) “La evangelización negra. Difusión de la magia europea por la América Colonial” En Revista de la Inquisición. Madrid: Editorial Complutense, nº 3. Pp. 9-27.
⦁ Levi- Strauss, J. C. (1987). Antropología Estructural. Barcelona: Paidos Iberica.
⦁ Martos Núñez, E. (2007) Cuentos y leyendas tradicionales: teoría, textos y didáctica. Cuenca: Ed. Universidad de Castilla la Mancha.
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