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Feijóo propone endurecer el control sobre la inmigración para aumentar la explotación.

Inmigración en la constucción
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El PP endurece su discurso sobre inmigración. Los medios de comunicación lo presentan como un giro hacia la extrema derecha, con la intención de captar un puñado de votos de Vox, pero no es así. Lo que busca el PP es aumentar la explotación sobre el conjunto de los trabajadores, adaptando medidas que ya ha aplicado Trump en EE.UU.

A pesar de su calado, el tema se ha colocado en segunda línea informativa, eclipsado por los casos de corrupción en el seno del gobierno, el caso Cerdán; y por la relevancia de la situación internacional, el alto el fuego en Gaza. Sin embargo, se trata de un asunto vital para la economía y la sociedad españolas.

Entre las medidas que propone el PP en materia de inmigración está la de repatriar a los inmigrantes que no tengan trabajo, priorizando la contratación en origen; y la de imponer un visado por puntos, donde tienen preferencia los  trabajadores provenientes de países hispanohablantes y de la Unión Europea (véase Europa del Este) frente a los que viene del Magreb, del África Subsahariana y de Asia. Es decir, enfrentar a los inmigrantes entre sí.

En España no hay un problema con la inmigración.

Más allá del drama humanitario que representa la llegada de inmigrantes en patera a las costas de Canarias o del sur de la península; y del problema logístico de recibir a los Menores No Acompañados (los MENAS), que merece un tratamiento a parte, por el carácter inhumano que le dan las administraciones, en España no hay un problema con la inmigración. Al contrario, es necesaria para mantener la economía.

Sectores productivos como la agricultura, la construcción, la hostelería, la industria manufacturera, el transporte o el servicio doméstico dependen en gran medida de la llegada de trabajadores inmigrantes. En primer lugar, porque España no tiene mano de obra suficiente para cubrir todos los puestos de trabajo que generan estos sectores; y en segundo lugar, porque los españoles prefieren trabajar en puestos menos duros.

En nuestro país hay otro problema de base, el envejecimiento de la población. Un 20% de la población es mayor de 65 años, mientras que los menores de 15 años apenas alcanzan el 14%. Esta es una situación que se va a ir agudizando con el paso del tiempo, ya que el índice de natalidad ha caído en picado. En el 2024 solo nacieron 318.115 niños. Una cantidad ridícula para un país que supera los 48 millones de habitantes.

Para mantener una economía donde el 40% de la población es mayor de 50 años y donde en algunos oficios, como la agricultura o la reparación de automóviles, ya se aprecia un problema de relevo generacional, la inmigración es fundamental.

Visto estos datos, entonces ¿dónde está el problema? Lo que busca Feijóo con su propuesta no es reducir el número de inmigrantes que llegan a España, ni mejorar “su calidad”, sino aumentar la explotación laboral.  


Sectores donde más trabajan los inmigrantes.

Sector económico% estimado de trabajadores extranjeros en el sector*% estimado de inmigrantes que trabajan en ese sector*Comentario
Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca~ 80 % del empleo nuevo extranjero entre 2022-24 en este sector. Merca2.es+2Talento AHK+2  ~ 26.4 % de los inmigrantes ocupados en 2022 trabajaban en agricultura según EPA. Cinco Días    Muy alta concentración de empleo extranjero en este sector, especialmente en trabajos estacionales o de temporada.
Hostelería (servicios de alojamiento y restauración)~ 45-60 % del empleo nuevo extranjero en este sector 2022-24. Europa Press+1    ~ 16.7 % de los inmigrantes ocupados en servicios generales, incluyendo hostelería, en 2022. Cinco DíasUno de los sectores más dependientes de mano de obra extranjera por los ritmos estacionales y la demanda de servicios.
Construcción    ~ 24.8 % de los inmigrantes ocupados trabajaban en construcción en 2022. Cinco Días    Sector tradicionalmente con gran participación de trabajadores extranjeros, aunque los datos de % extranjero global requieren mayor precisión.

Solo estos 3 sectores concentran casi el 70% de los trabajadores migrantes.


Mayor presión a la inmigración, mayor explotación.

En los últimos años, con los gobiernos de coalición de izquierdas de Pedro Sánchez, las grandes empresas (bancos, monopolios energéticos, multinacionales) están batiendo records de beneficios. La economía española crece por encima de un 2%, mientras Europa está estancada. Alemania crece un 0,2% y Francia un 0.8%.

Este crecimiento se ha hecho, haciendo concesiones sociales. Aumento del Salario Mínimo Interprofesional, intento de reducción de la jornada laboral. El gran capital reclama más trozo del pastel. Maximizar beneficios sin entregar nada o poco a cambio.

Ya que estas cesiones se han aprobado por ley, la forma de empeorar las condiciones de trabajo es presionando por abajo. Atacando a los inmigrantes.

Cuando existe una base de inmigrantes ilegales amenazados con la repatriación, estos aceptan las peores condiciones posibles (jornadas laborales extenuantes, sueldos de miseria, horas extra sin retribuir, trabajos duros mal pagados, etc.)

Esto actúa como una válvula de presión sobre toda la clase obrera. Si un inmigrante legal no acepta las condiciones que le impone el empresario, hay una cola de inmigrantes ilegales dispuestos a aceptarlas. Si un trabajador español no está dispuesto a doblar turno, hay 5 o 10 trabajadores inmigrantes que sí lo van a hacer. Así funciona el mercado de trabajo.

Trabajador inmmigrante

Una política migratoria de Trump.

Entre otras muchas cosas, Donald Trump se ha dado a conocer por el endurecimiento de la política migratoria. Son conocidas sus redadas en los puntos de contratación de trabajadores inmigrantes para el campo y la construcción. Su amenaza de repatriar latinos no solo ha metido el miedo a los inmigrantes ilegales, sino también a los que tienen su situación regularizada en el país.

Sin embargo, con los datos en la mano, Trump ha repatriado menos inmigrantes que sus predecesores. Dondald Trump ha deportado a 1,2 millones de inmigrantes. Mientras entre el 2021 y el 2024, George Biden expulsó 4,7 millones de trabajadores migrantes y entre el 2009 y el 2017, Barak Obama deportó algo más de 3 millones.

A pesar de ello, la política del miedo que ha impuesto Trump tiene repercusiones directas sobre el empeoramiento de las condiciones de trabajo. Y ya no solo para los trabajadores inmigrantes, sino también para los obreros norteamericanos.

La reducción de jornaleros temporeros inmigrantes en el campo de California, debido al miedo de ser repatriados, obligó a los empresarios agrícolas a contratar mano de obra autóctona. En unas condiciones parecidas a las que se contrataban a los inmigrantes. YouTube está plagado de vídeos donde los chicanos se burlan de los trabajadores gringos diciendo: “ahora vais a saber cómo nos tratan a nosotros”. No es sano este enfrentamiento, pero es lo que busca este tipo de política.

Volviendo al tema de España, lo que está intentando Feijóo con su propuesta sobre inmigración es adaptar la política norteamericana a las condiciones de nuestro país. Feijóo se ofrece, de esta manera, como el mejor gestor posible de los intereses de las grandes empresas, el que va ha hacer que ganen mucho dinero sin tener que repartir las migajas.


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