La historia real de Griselda Blanco.

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Sofía Vergara protagoniza y produce la serie “Griselda”. Desde que se estrenó hace casi 2 meses se encuentra entre las series más vistas de Netflix. Pero, ¿quién fue Griselda Blanco? Conoce su historia.

Llamada por sus enemigos “la Viuda Negra” y por sus seguidores “La Madrina”, Griselda Blanco fue la mujer que en los años 80 puso en jaque al Carter de Medellín y a la policía de Miami.

Nació en 1943 en el Caribe colombiano. No se sabe a ciencia cierta, si en Cartagena de Indias o en Santa Marta. Hija de una familia modesta, siendo niña emigra a Medellín. Con 14 años es violada por su padrastro y se refugia con su madre en los bajos fondos.

Se dice que Griselda Blanco ejerció de joven la prostitución. No es un dato contrastado. Lo que sí sabemos es que a finales de los años 60 se casa con Carlos Trujillo, un subalterno de Pablo Escobar, cuando este aún se dedicaba al contrabando. Antes de dar el salto al tráfico de drogas.

Griselda tiene con Trujillo tres hijos: Uber, Oswaldo y Dixon. Frente a ser la cara bonita que acompaña al mafioso de turno, Griselda fue una mujer con una fuerte personalidad que se involucraba en los negocios de su pareja. Tras sentirse maltratada, su marido abandona la familia amenazado de muerte por su esposa.

Con su nueva pareja, Alberto Bravo, se encarga de coordinar el transporte de cocaína entre Colombia y Nueva York. En 1975 es acusada por el F.B.I. por tráfico de drogas a gran escala. Antes de ser detenida en EE.UU. logra huir a Colombia.

Una noche en Medellín mata a su segunda pareja cuando descubre que le está engañando en un bar.

Totalmente en secreto y con tres niños a la espalda, viaja a Miami y decide poner en marcha una red de distribución de cocaína desde 0. En su empeño por conseguirlo, se enfrenta a los distribuidores locales que le cierran el paso y a los proveedores colombianos que no le facilitan material solo por el hecho de ser mujer.

Griselda Blanco.

Verdades, mentiras y dudas razonables de “Griselda” la serie de Netflix.

La miniserie protagonizada por Sofía Vergara aborda el tramo final de la vida de Griselda Blanco. Cuando llega a Miami, pone en marcha su negocio, se hace con el control de la cocaína en la ciudad y termina en la cárcel.

En la serie aparece que Griselda Blanco es obligada a acostarse con su cuñado para pagar una deuda de drogas que tenía su marido. Como respuesta a esa humillación, lo mata y sale fuera de Colombia. Por los datos que tenemos, el asesinato fue un crimen pasional y no está motivado por esta hipotética situación.

La otra mentira que aparece en la serie es la muerte de Martha Ochoa, la hermana pequeña de los Ochoa, los socios de Pablo Escobar. En el último capítulo, Martha muere de una sobredosis con Griselda Blanco delante. La Madrina esconde el cuerpo y huye. Eso no fue así. Martha fue famosa por ser raptada por la guerrilla M-19 en 1981 y su rescate por medio de grupos paramilitares financiados por la familia Ochoa.

Por otro lado, la serie sí recoge muchos datos verídicos. Entre ellos el de que a Griselda le cierran el paso. A pesar de ser tremendamente efectiva, el cárter de Medellín prefiere apoyarse en narcotraficantes de medio pelo antes de hacerlo en una mujer.

Griselda consigue hacerse con el control del tráfico de cocaína desencadenando una guerra entre bandas a principios de los 80 que los medios de comunicación bautizaron como “ The Cocaine Cowboys Wars”.

Nadie en EE.UU. pensaba que detrás de todo aquel despliegue estuviera una mujer. Rasgo que permitió a Griselda forjar su imperio sin despertar sospechas.


Elvira de la Fuente

Otras mujeres latinas para la historia.

Elvira de la Fuente. La peruana que engañó a los nazis.


Griselda Blanco forma un ejército de “balseritos” con los que boicotea los planes de la competencia y del cárter de Medellín. Se trata de emigrantes ilegales cubanos que eran mal vistos tanto por la sociedad norteamericana como por los narcos colombianos.

Para la introducción de la droga en Miami se apoya en jóvenes prostitutas que transportan la cocaína dentro de su ropa interior. Mujeres cuya máxima aspiración permitida en la vida era que un político corrupto o un capo de la droga acogiera a una de ellas bajo su protección.

Griselda Blanco aporta dignidad y autonomía economica a colectivos marginados, con los que se gana su apoyo incondicional.

Respecto a las dudas razonables. En el tramo final de la serie aparece una Griselda enganchada a la droga que entra en una vorágine de autodestrucción. No está claro que las drogas fueran el desencadenante de su caída. Lo que sí sucede es que cuando Griselda está en la cima empieza a desconfiar de todo el mundo y a ver enemigos entre su gente. La organización de Griselda cae desde dentro.

Cuando Griselda llega a Miami tiene que enfrentarse a latinos para abrirse camino en la distribución. Parece que en el mercado de la droga no hay yanquis. Algo improbable, por la cantidad de beneficios que genera el tráfico de drogas. Por lo que sabemos, en los 80, los cárteres colombianos se encargaban de la producción y transporte de cocaína. No de su venta. Una vez más los malos somos los latinos. Los anglosajones son pobres víctimas.

Sofía Vergara protagoniza y produce “Griselda”, la serie de Netflix.

Una serie con sensibilidad.

 Aunque ser una narcotraficante no es un ejemplo para nadie, la serie coge el enfoque de relatar la lucha incansable de una mujer, madre y latina que se abre paso en un mundo dominado por hombres.

Es interesante el paralelismo que se hace en la serie entre Griselda y la policía latina que le persigue. Una agente que sus compañeros la relegan a trabajar de intérprete con los hispanos y a servir café. Y cuyas pesquisas son despreciadas por sistema, aunque sean acertadas.

Para ser una serie de narcos, está escrita y rodada con elegancia. Sin centrarse en los detalles escabrosos. Sin darle un valor excesivo a la violencia. Se nota que en el equipo de guionistas había una mujer.

Más allá de ser una historia de criminales basada en hechos reales, se trata de una crónica que pone de manifiesto lo difícil que lo tienen las mujeres en cualquier sector de la sociedad, también hoy en día.

Griselda Blanco es uno de esos nombres de mujer que se pretenden borrar de la historia.


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