La patronal de la grandes cadenas de supermercados en España (Asedas), entre las que se encuentra Mercadona y Lidl, han manifestado su firme oposición a la reducción de la jornada laboral.
El pasado 19 de mayo, Josep Antoni Duran i Lleida, antiguo presidente de Unión Democrática de Catalunya, el partido nacionalista catatán de la derecha liberal, hoy convertido en presidente de la Patronal de los Supermercados, envió una carta a la vicepresidenta del gobierno y ministra de trabajo, Yolanda Díaz, para que parara en seco la tramitación en el parlamento de la Ley de Reducción de la Jornada Laboral. Cuyo texto ha sido aprobado por el consejo de ministros.
Asedas (Asociación de Empresas de Distribución de Alimentos) es una patronal que reúne a Mercadona y Uvesco (España), y a Lidl y Aldi (Alemania).
Duran i Lleida en una rueda de prensa informó que a parte de enviar una carta al gobierno, la dirección de esta patronal se ha puesto en contacto con varios grupos parlamentarios, entre los que se encuentra el partido de la oposición (P.P.) para que interpongan enmiendas a la totalidad cuando el proyecto de ley se tramite en el congreso de los diputados.
La patronal de las cadenas de supermercado exige un mayor diálogo social para aprobar medidas laborales de este tipo y alude a un profundo desconocimiento de la realidad del comercio por parte del gobierno.
Yo, que antes de ser periodista trabajé en centros comerciales de Carrefour y El Corte Inglés, por eso de poder pagar las facturas, voy a dar mi visión sobre la realidad laboral en el sector del comercio. Y sobre lo que conozco de las condiciones laborales de los trabajadores que trabajan en las grandes cadenas de supermercados.
¿Qué supone la reducción de la jornada laboral en los supermercados?
Por convenio, la jornada laboral en el sector de la distribución de alimentos es de 40 horas semanales repartidas en 6 días laborables. Esto vendría a ser unas 6,30 horas diarias al día.
La propuesta del gobierno es reducir las 40 horas a 37,5. Lo que vendría a ser 6,10 horas al día. Una reducción de la jornada de 20 minutos diarios. Algo casi inapreciable en el funcionamiento de un supermercado o centro comercial.
La realidad es que las horas en este sector se reparten en función de las necesidades del supermercado. Así, por ejemplo, en algunos sitios se hacen jornadas de 6 horas de lunes a viernes, en turnos rotativos, y 10 horas el sábado. El día que más facturación se hace. O se reparten las horas en función de la carga de trabajo. Intentando que el puesto esté cubierto las 12 horas diarias que está abierto el establecimiento.
Me informan, que desde hace unos años en Mercadona se impuso el sistema 5+2. Cinco días seguidos de 8 horas diarias, más dos dias de descanso. En turnos que van rotando cada semana. En este caso, la reducción de la jornada laboral supondría una reducción de 30 minutos diarios.
Entre ir al servicio, ir a buscar algo al almacén, pedirse un café para llevar en la cafetería, pararse a fumar un cigarrillo cada dos horas o atender a las charlas del supervisor, cada trabajador del comercio pierde al día en torno a 15 ó 20 minutos. Por lo que la reducción de la jornada laboral no supondría una merma de la productividad. Solo habría que concentrar el trabajo de forma eficiente.
No se respeta la voluntad de los trabajadores.
Una de las razones que da Duran i Lleida para oponerse a la reducción de la jornada laboral es que no respeta la voluntad de los trabajadores manifestada en los convenios colectivos de empresa. Veamos quién negocia estos convenios colectivos.
Aunque en la actualidad vemos representantes de CCOO y UGT en el comité de empresa de Mercadona, cosa que no siempre fue así, también cuenta con representación del S.I. (Sindicato Independiente de la Comunidad Valenciana), sindicato en cuya fundación participó Mercadona a través de cuadros intermedios.
En el comité de empresa de Lidl encontramos representantes de sindicatos sectoriales del sector del comercio como OSTA, CIG, CO.BAS y Maysa, sospechosos de un cierto amarillismo. Es decir, ponerse del lado de los intereses de la empresa, por sistema.
Entre los miembros de los comités de empresa de estas compañías hay encargados de supermercado, encargados de planta y encargados de almacén como representantes de los trabajadores. Tu supervisor o encargado puede ser tu representante.
Una de las prácticas habituales en las cadenas de supermercados es realizar horas extra forzosas. De esta forma se cubren las bajas laborales o se hace frente a los puntos de alta carga de trabajo como las aperturas en puentes y festivos.
El trabajador se puede negar, pero la empresa también puede reprenderle por ello. Con medidas como cambiarle el horario, cambiarle de puesto o cambiarle de centro de trabajo. Cosa que justifican aludiendo a las necesidades productivas.
Mercadona tiene fama de ser bueno con los empleados, si son sumisos. En el momento que surgen roces o chocan los intereses personales con los de la compañía, Mercadona es bastante dada al moving, como lo ponen de manifiesto denuncias de los trabajadores que recogimos en este artículo que publicamos hace unos años.

Más sobre Mercadona.
Artículo sobre el acoso laboral que la empresa valenciana practica sobre ciertos trabajadores que le parecen incómodos.
Basado en testimonios reales.
Una medida de fuerza frente a los trabajadores.
La oposición de la patronal de los supermercados a la reducción de la jornada laboral es una medida de fuerza frente a los trabajadores.
En los hechos, tal y como está planteada, la reducción de la jornada laboral no va a afectar a la productividad. Ni tan siquiera les va a obligar a contratar más personal. Solo les fuerza a reorganizar los horarios.
Para Juan Roig (presidente del Mercadona) y sus colegas alemanes ceder en este punto implica claudicar frente a sus operarios. Hoy piden trabajar dos horas menos a la semana y mañana se pueden negar a venir a trabajar los domingos que toca abrir.
Todos sabemos cómo se las gasta Juan Roig. Durante la Dana de Valencia obligó a sus trabajadores en Paiporta y otros pueblos de la Horta Sud a acudir a su puesto de trabajo para limpiar los supermercados. Daba igual si tenían dificultades para acudir o si sus domicilios estaban anegados.
El sector del comercio, y en particular el de la distribución de alimentos, es uno de los sectores donde más desprotegidos están los trabajadores. Donde menos se tienen en cuenta sus derechos. Hacerles retroceder en esta medida es un paso importante. Aunque solo sea para hacer recular a estos grandes empresarios que se consideran intocables.
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