El abogado progresista Hugo Aguilar se alza como presidente del Tribunal Supremo de la República en la elección de jueces en México.
El pasado domingo 1 de julio, México realizó un experimento novedoso que jamás se ha hecho en ningún país del mundo. Unas elecciones populares para elegir a todos los jueces de la nación. Igual que las elecciones que se realizan para elegir al presidente del país.
Consiste en que el pueblo elige directamente la composición del tercer poder del Estado, el poder judicial, igual que hace con el poder ejecutivo (el gobierno) y el aparato legislativo (el parlamento).
Hasta ahora, en México, los jueces eran seleccionados como en España por medio de una oposición. Una de las oposiciones más difíciles que existen. Aprobar unas oposiciones a juez en México lleva una media de 5 años de preparación. Aunque los hay, este es un escollo difícil de salvar para que los letrados procedentes de familias humildes. La segunda pregunta que aparece es: ¿Un funcionario de la Escala A está capacitado para impertir justicia?
Impartir justicia implica muchas veces enfrentarse a los poderosos. A priori, un alto funcionario tiene muchos privilegios que proteger para jugárselos en un juicio. En España, los pocos jueces que en algún momento se han enfrentado a núcleos importantes de poder como el juez Baltasar Garzón con el caso GAL y con el caso Sogecable, donde llegó a imputar al presidente del grupo PRISA, Jesús Polanco, han sido tildados por sus colegas como jueces estrella y apartados de la carrera judicial. Acusados de buscar protagonismo.
Intervenciones en juicios mediáticos como el de la manada, con penas inferiores a las que se esperaban, o la reciente absolución del futbolista Dani Alves, acusado de agresión sexual, ponen de manifiesto que entre la comunidad judicial existe una resistencia para hacer avanzar la aplicación de las leyes. ¿Puede ser la elección de los jueces una medida para reducir esa resistencia?
Una buena idea, una mala resolución.
A pesar de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, considera los comicios de elección de jueces en México como un éxito, en ellos solo han participado un 13 % del censo electoral. La participación más baja desde 1994.
Los que se decidieron a votar tenían que elegir en unas listas abiertas de 234 candidatos. La inmensa mayoría de ellos, desconocidos. Cada votante debía marcar su voto en 6 papeletas que contenían un total de 39 candidatos cada una de ellas.
Completar el proceso de votación llevaba a cada elector una media de 20 minutos.
El recuento de las papeletas no ha sido efectuado por las mesas electorales, sino por un organismo central, el Instituto Nacional Electoral, algo así como la Junta Electoral Central en las elecciones españolas. Un hecho que está contribuyendo a que los resultados se demoren y a que se proclamen a cuenta gotas. Los primeros votos que se han computado son los que se refieren a los órganos superiores de justicia. Habrá que esperar una semana para conocer los resultados completos de las elecciones.
Entre las voces críticas al proceso están los que dicen que entre los candidatos había jueces relacionados con el narcotráfico. El problema no está en los que se han presentado, sino en el sistema de elección
Un sistema farragoso que echa por tierra una idea rompedora en el terreno de las libertades. La de que el pueblo elija directamente a sus jueces.
Fórmulas populares de impartir justica. Opinión de los jueces.
Quizás la forma más directa de impartir justicia sean los tribunales populares. Un sistema que rara vez se ha puesto en funcionamiento a lo largo de la historia.
Tribunal popular.
En Barcelona, en 1936, después de que los barceloneses, y de que el cuerpo de carabineros, leal a la república, aplacaran el intento de levantamiento por parte del ejército, la CNT (el sindicato anarcosindicalista) tomó el palacio de justica e impuso un tribunal popular que estuvo en funcionamiento durante 18 meses. La Generalitat, sobrepasada por la situación, accedió a su constitución.
El tribunal popular estaba instalado en el Palacio de Justicia de Barcelona, al lado de Arco del Triunfo. Abría todos los días durante 12 horas seguidas, con asistencia abierta de público.
Las vistas eran dirigidas por una mesa encabezada por el traductor y escritor Eduardo Barriobero. Terminada la vista, el público presente en la sala dictaba sentencia a mano alzada. (Culpable o inocente). (A favor de la demanda o en contra).
El tribunal trataba indistintamente asuntos de índole penal, como robos, y otros casos civiles como disputas en el pago del alquiler. Las sentencias dependían de la composición del público en el momento de dictar el fallo.
Algunos juristas opinan que si los tribunales populares se implantarán serían menos benévolos que los jueces y algunos dicen que hasta mas injustos.
Jurados populares.
Los jurados populares son otra forma de impartir justicia de forma directa por parte de la población. En EE.UU., uno de los primeros países donde se empieza a aplicar este sistema, provienen de la época colonial. La Constitución fundacional del país le proporcionó rango de ley.
Los jurados están constituidos por 12 personas mayores de edad elegidos al azar entre el censo. Este jurado asiste a la vista judicial y se reúne para dictar un veredicto. Siendo el juez quien finalmente dicta sentencia. Es decir, quien traduce en una pena el dictamen del jurado.
Este sistema se ha exportado a varios países, entre ellos España, limitándolo a determinados casos. Es una opción que suscita polémica y opiniones encontradas entre la comunidad judicial.
Para algunos jueces, la figura del jurado es profundamente injusta. Para ellos no puede tener el mismo valor la opinión de un profesional que ha estudiado derecho y se ha tirado varios años preparándose una oposición, que la de cualquier persona de la calle.
El abogado penalista Jorge Temés, que ha participado en varios juicios con jurado, declara al periódico La Región, que el jurado es un avance de la democracia. Aumenta el compromiso de la población civil en la administración de justicia.
La elección de jueces, tal y como se ha realizado en México, tal vez no sea la solución perfecta, pero ha puesto sobre la mesa el sistema de renovación de la justicia. Uno de esos temas importantes que debemos abordar como sociedad.
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